lunes, 4 de febrero de 2013

La Reconquista (27-4-711 - 2-1-1492)

Desde la entrada de las primeras tropas musulmanas, en el año 711, la península Ibérica había estado casi en su totalidad bajo el dominio islámico. Este predominio fue muy evidente durante los primeros siglos, en los que al-Andalus, la España musulmana, fue muy superior a los pequeños reductos cristianos.
La situación cambió a partir del siglo XI, cuando los reinos cristianos comenzaron a ganar terreno, en un largo proceso conocido como Reconquista. Durante los cinco largos siglos que duró este periodo, se alteraron periodos de lucha y paz, de avance y retroceso. Fueron también frecuentes los cambios en las alianzas, así como las guerras civiles. En algunas ocasiones, reyes cristianos se aliaban con los musulmanes para someter a un rey rival. En otras, gobernantes musulmanes pedían la ayuda de un rey cristiano para mantenerse en el poder.
 También se dieron grandes batallas, como las de Sagrajas, Alarcos o las Navas de Tolosa. Cuando los cristianos lograban acabar con sus problemas internos, firmaban alianzas y conseguían levantar grandes ejércitos para luchar contra los musulmanes. El carácter de cruzada otorgado por los papas hizo que llegaran a la Península muchos caballeros del resto de Europa.


Grandes Batallas: La Reconquista española


 

Los reinos peninsulares en el siglo XV

A comienzos del siglo XV, la Península Ibérica se hallaba dividida en varios reinos. El mayor de todos era Castilla, beneficiado por un largo proceso de reconquista en el que había ido añadiendo nuevos territorios. En Castilla, que contaba con una población estimada de 6.500.000 habitantes, existían pujantes ciudades, como Valladolid, Medina del Campo o Sevilla.
Le seguía en importancia el reino de Aragón. Con poblaciones como Barcelona o Valencia, contaba con cerca de 1.000.000 de habitantes. Limitada su expansión por el sur, los monarcas aragoneses emprendieron una exitosa política de proyección hacia el Mediterráneo.
Entre Castilla y Aragón, el reino de Navarra lucha por mantener su independencia, orientando su política hacia las alianzas con la vecina Francia. Con 120.000 habitantes estimados, su principal ciudad era Pamplona.
El último reino cristiano peninsular era el de Portugal, cuya población rondaría 1.250.000 habitantes. La principal ciudad portuguesa era Lisboa, beneficiada por un activo comercio atlántico.
Caso aparte era el reino nazarí de Granada. Presionado por Castilla, a la que debía pagar parias o impuestos, contaba con cerca de 750.000 habitantes, establecidos fundamentalmente en su capital, la ciudad de Granada. Acompañaban a ésta importantes ciudades comerciales, como Málaga o Almería.