(27-4-711 - 2-1-1492)
Desde la entrada de las primeras tropas musulmanas, en el año 711, la
península Ibérica había estado casi en su totalidad bajo el dominio
islámico. Este predominio fue muy evidente durante los primeros siglos,
en los que al-Andalus, la España musulmana, fue muy superior a los
pequeños reductos cristianos.
La situación cambió a partir del siglo XI, cuando los reinos cristianos comenzaron a ganar terreno, en un largo proceso conocido como Reconquista. Durante los cinco largos siglos que duró este periodo, se alteraron periodos de lucha y paz, de avance y retroceso. Fueron también frecuentes los cambios en las alianzas, así como las guerras civiles. En algunas ocasiones, reyes cristianos se aliaban con los musulmanes para someter a un rey rival. En otras, gobernantes musulmanes pedían la ayuda de un rey cristiano para mantenerse en el poder.
La situación cambió a partir del siglo XI, cuando los reinos cristianos comenzaron a ganar terreno, en un largo proceso conocido como Reconquista. Durante los cinco largos siglos que duró este periodo, se alteraron periodos de lucha y paz, de avance y retroceso. Fueron también frecuentes los cambios en las alianzas, así como las guerras civiles. En algunas ocasiones, reyes cristianos se aliaban con los musulmanes para someter a un rey rival. En otras, gobernantes musulmanes pedían la ayuda de un rey cristiano para mantenerse en el poder.
También se dieron grandes batallas, como las de Sagrajas, Alarcos o las
Navas de Tolosa. Cuando los cristianos lograban acabar con sus problemas
internos, firmaban alianzas y conseguían levantar grandes ejércitos
para luchar contra los musulmanes. El carácter de cruzada otorgado por
los papas hizo que llegaran a la Península muchos caballeros del resto
de Europa.